Conocido también como MDMA (metilendioximetanfetamina), el éxtasis mezcla propiedades alucinógenas y estimulantes. Tras su consumo, se experimenta una alteración en la percepción, afectividad y vivencias. Después de 24 horas se presenta fatiga, pérdida de memoria y concentración, falta de deseo sexual y depresión, llegando incluso a producir ansiedad, vértigo, náuseas y vómito.
Dentro de los riesgos asociados al éxtasis, se encuentra la hipertermia o aumento anormal de la temperatura (también conocido como “golpe de calor”), trastornos cardiovasculares, digestivos y musculares. Igualmente, destacan trastornos psiquiátricos de ansiedad, depresivos y psicóticos.
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